Tu pareja y tú os estáis planteando dar un paso más en vuestra relación para contraer matrimonio o inscribiros como pareja de hecho. Siempre has imaginado una boda con todos tus amigos y familiares, pero últimamente has oído hablar de las parejas de hecho. ¿En qué consisten? ¿Por qué algunas parejas las prefieren?
En el artículo de hoy trataremos este tema para conocer los pros y los contras de ser pareja de hecho frente a celebrar una boda, aunque es cierto que nuestro ordenamiento jurídico equipara en gran medida ambas modalidades.
En una boda, independientemente del tipo de ceremonia, la pareja debe acudir al Registro Civil de su localidad para formalizar legalmente la unión. Sin embargo, para constituirse como pareja de hecho es necesario firmar en el Registro de Uniones de Hecho, un organismo dependiente de cada Comunidad Autónoma. Además, se requiere haber convivido en pareja durante, al menos, un año de forma ininterrumpida y voluntaria. Al igual que en una boda civil, unos testigos deberán acreditar el vínculo, así como el empadronamiento de uno de los miembros en dicha Comunidad.

En las bodas civiles, además del acto formal en el que se firma y se legaliza la unión, suele celebrarse una ceremonia simbólica y emotiva ante familiares y amigos. Este momento, cuidadosamente preparado, permite a la pareja intercambiar votos, música y lecturas especiales, creando un ambiente íntimo y bonito que convierte la ocasión en un recuerdo único y tan significativo como cualquier otra celebración matrimonial.

En el caso de una boda religiosa, la pareja que decide separarse debe recurrir tanto al Derecho Civil como al Derecho Canónico, un proceso largo y costoso que finaliza con la nulidad eclesiástica. Si la unión se ha celebrado únicamente por lo civil, no es necesario realizar estos trámites adicionales ni alegar causa alguna.
En cambio, la ruptura de una pareja de hecho solo requiere firmar la disolución en el registro correspondiente.
Tal y como explicábamos en un artículo anterior, cuando una pareja se casa se establece por defecto un régimen económico: separación de bienes (cada miembro mantiene la propiedad de su patrimonio y deudas, con la obligación de contribuir proporcionalmente a las cargas familiares) o bienes gananciales (ambos ponen en común los bienes materiales y económicos adquiridos durante el matrimonio).
En el caso de las parejas de hecho, este aspecto es más flexible, ya que la pareja decide si desea acogerse voluntariamente a alguno de estos regímenes o no.
Ante un permiso de maternidad o paternidad, la Seguridad Social en España atribuye determinados derechos tanto a los cónyuges como a las parejas de hecho. La pareja de hecho tiene menos derechos que un matrimonio, el Estatuto de los Trabajadores reconoce un permiso de 15 días por matrimonio, mientras que no contempla nada equivalente para las parejas de hecho.
En caso de fallecimiento, el cónyuge superviviente tiene derecho a recibir la pensión de viudedad de una forma más automática y a formar parte de la herencia.
Por su parte, la pareja de hecho también tiene derecho a la pensión de viudedad, pero solo si cumple una serie de requisitos legales: registro o formalización, convivencia, no estar casados, entre otros. Y en cuanto al tema de la herencia, disfrutará cuando esté recogido expresamente en testamento y respetando siempre a los herederos forzosos.
En lo que respecta a esta regulación, no existen grandes diferencias entre una modalidad y otra. Basándose en el principio de igualdad, todos los padres tienen los mismos derechos sobre sus hijos. Basta con inscribir el nacimiento en el registro para que se reconozca la paternidad. En caso de ruptura y falta de acuerdo entre la pareja, será un juez quien determine la custodia y la manutención.
Una vez que conoces las principales diferencias entre casarse o ser pareja de hecho, puedes decidir libremente la opción que mejor se adapte a vuestra relación. Y si finalmente optáis por celebrar una boda civil, quizá os interese descubrir espacios únicos donde dar este paso de manera especial. En nuestro próximo artículo hablaremos de las ceremonias civiles en Cerro Obregón, una espectacular viña que se ha convertido en un lugar de referencia para bodas civiles por su entorno natural, su encanto rústico y la versatilidad de sus espacios. Una opción perfecta para quienes buscan un ambiente íntimo, elegante y lleno de personalidad.

¡Que seáis muy felices!